Hubo una vez un rosal,
con garbo y de impar belleza,
y, movidas por el aire,
lindas rosas se ufanaban
con majestad y grandeza;
más apoyó la cabeza
un pobre gorrión cansado
y el bello rosal no pudo,
lleno de espinas y abrojos,
con el semblante indignado,
sufrir la triste pobreza
del pájaro atormentado
y del gorrión la simpleza
Yo, necio, me enamoré de unos ojos,
esos mismos que nunca me miraron,
secando en mi alma flores de inocencia.
…¿No hay en el mundo - me decía - más belleza
que negros, grises, verdes, zarcos ojos
en los que caer rendido a la grandeza
de ese amor que dure y nunca muera?
Y… buscando yo fui un día la beldad
del mundo, del amor y la dulzura,
soñando con amores no lejanos
que hiciera, en pro, mi alma suspirar;
pero siempre fue punzón, ¡Ay locura!,
sobre este mi pecho ansioso de amar.
…Andando al universo yo he gritado:
¡Caminos magullados de pisadas,
de siglos, lunizados de la noche!
¡Culebras de los campos que buscando
vagáis, vagáis y vagáis infinitos!
¡Vosotros que mil años habéis visto!
¡Vosotros que mil voces escuchado!
decidme,
¿la belleza es el amor?
... De una amplia polvareda se ha llenado
el silencio callado por pudor.
¡Montes de agudas cumbres inquietantes!
¡Colosos de terrible entrañas!
¡Pueblos de milenarios esqueletos!
¡Mares, valles y lagos… y torrentes!
decidme,
¿la belleza es el amor?
... los mares y los lagos han callado,
los montes y los valles silenciado
y las torrenteras han bramado
su ira,
ante el silencio de los riscos nevados...
…Estrella que fugaz estás pasando,
embozada en manto negro,
surcos de plata entre perlas,
surcando el cielo veloz,
¡dime!
¿Qué sabes tú del amor?
... Silencio, no contesta, va callando...
Hubo una vez un rosal,
que no consintió acunar
la simpleza de un pájaro cansado.
.....
No seas, ¡oh desdicha!, ese rosal